Hay cosas sobre las que nadie o muy pocos escriben.
Un cuenma da la oportunidad de escribir sobre esas cosas.
En un cuenma no hay argumento, ni tensión creciente, ni climax, o desenlace o giro.
Solo se habitan las palabras. Se disfruta el texto por su resonancia.
En este caso escribí sobre un micelio (a veces mal escrito como "miscelio"), que es la parte vegetativa de un hongo, compuesta por una red de filamentos llamados hifas. Es como la "raíz" del hongo, aunque no lo sea técnicamente.
Ahora les dejo una breve explicación sobre lo que es un miscelio y luego viene el texto.
Características del micelio:
Estructura: Está formado por hifas, que son estructuras largas, delgadas y ramificadas.
Función: Su principal función es absorber nutrientes del medio donde se encuentra (suelo, madera, materia orgánica en descomposición, etc.).
Crecimiento: Puede extenderse muchísimo, incluso cubrir áreas muy grandes bajo tierra o dentro de un tronco.
Fructificación: Bajo ciertas condiciones, el micelio produce cuerpos fructíferos visibles, como los hongos que solemos ver (champiñones, por ejemplo).
Importancia:
Es clave en los ciclos ecológicos, ya que descompone materia orgánica.
Se utiliza en biotecnología, agricultura, medicina y recientemente incluso en bioconstrucción (para hacer materiales sostenibles).
Ahora el cuenma:
Cuando todo era humedad, caí.
Una espora leve, suspendida un instante antes de hundirme en la parte más oscura del bosque.
No había dirección. Pero el suelo tenía una música tenue, una especie de corriente que invitaba a extenderme. Y obedecí.
El avance era sin pausa, pero sin apuro.
Cada ramificación era una forma de estar.
Llegaba al borde de una raíz, la rozaba, seguía.
Una hoja enterrada ofrecía su cuerpo; aprendí a digerir sin atacar, a crecer sin invadir.
Fui alargando mis hilos en todas las direcciones, como si buscara algo sin saber el qué.
Conecté árboles distantes. Sentí el pulso de sus raíces, la falta de agua en uno, el exceso en otro.
No hablábamos, pero algo se entendía.
El bosque tenía su propio equilibrio.
A veces pasaba un animal por encima.
A veces moría uno cerca.
Todo era parte del ciclo.
Pero un día las vibraciones cambiaron.
Llegó el hierro, el cemento, la máquina.
Los árboles cayeron de golpe, sin despedida.
Las raíces se cortaron en seco, el suelo se compactó.
No retrocedí.
Me afiné, me volví hilo casi invisible.
Me quedé donde el concreto dejaba un resquicio,
donde la lluvia filtraba una mínima posibilidad de seguir.
Desde debajo de todo, seguí escuchando.
No podía crecer, pero tampoco fui arrasado del todo.
Un día, el silencio.
Las máquinas se fueron.
Volvieron algunos pájaros.
La humedad regresó como una palabra olvidada.
Entonces, desde mis extremos más dormidos, brotó algo.
Microscopias. Brotes. Hilos nuevos.
Recordé los árboles talados.
Sus raíces aún guardaban memoria.
Y volví a conectarlas.
Esperamos.
Un día llovió mucho.
Y el concreto se resquebrajó.
La humedad volvió a abrirnos camino.
Entonces recordamos los árboles caídos.
Sus raíces, aún tibias, aún nuestras.
Y el lenguaje volvió a fluir.
Algunas cosas siguen creciendo.
A pesar de todo.
Aunque nadie las vea.
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CLAVES LITERARIAS
Análisis de chat gpt sobre qué estilo literario es:
Claro. Aquí tienes un texto resumido en estilo narrativo que describe los estilos presentes en tu obra, su proporción aproximada y por qué cada uno aparece. Está pensado para que puedas usarlo como presentación o explicación general del texto:
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📝 Texto narrativo explicativo sobre los estilos y porcentajes presentes
Este texto camina por una frontera. No se encierra en un solo género, sino que se mueve entre formas como si respirara. Su base es claramente la prosa poética, que ocupa cerca del 60% de su esencia. Está escrito en párrafos, pero su lenguaje es puramente poético: usa imágenes, ritmo, metáforas y una cadencia que sugiere más de lo que dice. No busca narrar una historia en el sentido clásico, sino evocar una experiencia: la del micelio que percibe, conecta y sobrevive.
Sin embargo, también hay un leve pulso narrativo. A lo largo del texto se percibe un avance: el micelio cae, se expande, enfrenta la destrucción humana, se repliega y renace. Esta narrativa poética representa aproximadamente un 20% del texto. No hay trama ni personajes como en un cuento, pero sí un proceso vital que lo atraviesa como una raíz subterránea.
En algunos momentos, la voz se vuelve más reflexiva. Aparecen frases que podrían leerse como una meditación sobre la naturaleza, el lenguaje o la destrucción del ecosistema. Son fragmentos breves pero presentes, que rozan el ensayo poético y conforman alrededor de un 10% del texto.
Todo esto —la poesía, la leve narración, la reflexión— se entrelaza sin rigidez. El texto no se define por las partes, sino por cómo las deja convivir. Por eso, puede leerse como un cuenma: una forma híbrida, móvil, que flota entre cuento y poema, sin cerrarse ni resolverse. El 100% del texto funciona como cuenma, porque su fuerza no está en pertenecer a un género, sino en no tener que elegir.
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¿Quieres una versión más breve aún para usar en una sinopsis, presentación de autor, o ficha editorial?
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Esto puede ayudar a ir entendiendo este nueva forma de narrativa, y para discutir en clases, talleres y lecturas personales.
Saludos!
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Alejandro Palma
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